Glotón, testarudo, temerario, inquieto, omnipresente, instintivo, cascarrabias, parlanchín.... las moscas te temían, tanto o más que mis pantorrillas. Cuando me sentías salir del dormitorio, te agazapabas como buen cazador y en cuanto mis piernas asomaban por el pasillo, las emboscabas por un corto espacio de tiempo, después salías corriendo esperando ser perseguido. Otras veces cofundías mi melena de rizos con las cumbres nevadas del Everest, siéndote imposible evitar la escalada, tengo cicatrices en la espalda que así lo atestiguan. Pero las cicatrices de la piel hace mucho que no duelen, son todos esos huecos, en el tiempo, en el espacio, todas tus ausencias, las que me pesan hasta faltarme el aire.
Ahora sé que estos 70 m2 de reino se te quedaban chico, y por mucho empeño que puse en afianzar las fronteras, no pude, te fallé y ojalá me perdone por no haber sabido mantenerte a salvo, por no haberte alejado de tu mayor ambición, alcanzar las nubes que aparentaban tan cerca desde este noveno piso.
No cerraré este blog, ni cambiaré su nombre porque tu existencia tuvo demasiado sentido en mi vida como para no quede constancia más allá de mi memoria o mi dolor. Gracias por estos dos años, gracias por todos tus recuerdos y tus momentos.
P.D: Florinda no ha dejado de mirar al armario buscando tu silueta.
Ahora sé que estos 70 m2 de reino se te quedaban chico, y por mucho empeño que puse en afianzar las fronteras, no pude, te fallé y ojalá me perdone por no haber sabido mantenerte a salvo, por no haberte alejado de tu mayor ambición, alcanzar las nubes que aparentaban tan cerca desde este noveno piso.
No cerraré este blog, ni cambiaré su nombre porque tu existencia tuvo demasiado sentido en mi vida como para no quede constancia más allá de mi memoria o mi dolor. Gracias por estos dos años, gracias por todos tus recuerdos y tus momentos.
P.D: Florinda no ha dejado de mirar al armario buscando tu silueta.