lunes, 23 de marzo de 2009

"Quería un gato negro, negro, negro"

Hay una canción infantil muy pero que muy antigua que allá por los 80 versionaron el inefable duo de Enrique y Ana y que a mi me encantaba ... que cosas... la original es italiana "volevo un gatto nero" ... ¿Álguien quiere realmente un gato negro? no sólo no influyen en la buena o mala suerte del individuo, sino que pueden ser también una excelente fuente de cariño. Este está en la calle y no parece contentarse con su suerte. Sigue a los viandantes, juega con los perrillos y se te pone panza arriba para que le acaricies a gusto. Antes lo acompañaba un pequeñín ... es una historia muy curiosa, éste estaba muy débil pero Salem, que así ha sido bautizado, le llevaba pienso ... hasta que un día no volvimos a saber del peque. Ahora Salem busca adoptante en la provincia de Cádiz si puede ser ... si no pues ya veríamos ... ¿Quieres a Salem? ponte en contacto:
gatos.urbanos.2009@gmail.com o sos-abandonados@hotmail.com




6 comentarios:

Marta Chicote dijo...

¿Alguien ha adoptado ya a Salem? Aisss.... estas cosas me dejan tan inquieta :_(

Anónimo dijo...

Si quieres actualizar la noticia: Cuando conseguimos adoptante para Salem desapareció. No lo hemos vuelto a ver...

Sos-Abandonados

Sonia dijo...

Gracias, algo sospechaba, porque normalmente lo suelo ver por la zona y hacía tiempo que no lo veía.

Anónimo dijo...

Entonces tú lo conoces ( ya que no he dado en ningún momento la zona). Yo lo busco todos los días por la mañana, cuando voy al trabajo, y salgo dos veces por la tarde. Tengo ayudante, mi perro, que era su amigo, y que mira debajo de los coches buscándolo, pero no conseguimos encontrarlo.

Ojalá apareciera; ahora mismo tengo una camada de gatitos en casa (que me encontré en una bolsa de plástico, recién paridos) pero si lo viera me lo subiria también a casa con tal de sacarlo de la calle ya.
sos-abandonados

Sonia dijo...

Sí que lo conozco, vivo cerca, también conocía al pequeñín, tan enclenque y asustadizo. E incluso puede que nos conozcamos, un día me paré a hablar con una señora de ellos justo después de darle algo de comer al pequeñín, ¿eres tú?

Anónimo dijo...

No, creo que nunca hemos hablado tú y yo. Me acordaría.