Con demasiada frecuencia me encuentro en el correo peticiones de acogidas a gatos por el hecho de que han llegado niños a casa ... ya sea porque la abuela teme por sus nietos o la madre por sus hijos. El sentimiento de preocupación es lícito y la preeminencia de éstos sobre las máscotas es indiscutible. Sin embargo a veces pecamos de exceso de celo y confundimos los miedos fundados en el desconocimiento con peligros reales.
Lo cierto es que según mi experiencia, cuando llegan niños a casa, hay que temer por los gatos y no por ellos. Salvo si nos encontramos ante una alergia severa, o simplemente alergia ya que no tenemos derecho a hacerles sufrir, los gatos no suponen un riesgo en sí mismo para los niños o bebés. Como digo siempre, los comportamientos se educan, se corrigen, se dirigen. Os dejo una foto de mi sobrina ... parece una nimiedad, pero me costó lo mío que aprendiera a acariciar a la gata sin jalarle de los bigotes, darle coscorrones o tirarle del rabo.
En general un contacto adecuado de animales y niños, hace que éstos últimos desarrollen cierta sensibilidad y empatía hacia el otro a la hora de vivir en sociedad. Valores como el respeto y la responsabilidad pueden surgir gracias a estas pequeñas criaturas, aunque por supuesto nuestra actitud será muy importante ... si decimos "caca" cada vez que se aproximen a un animal o simplemente manifestamos nuestros temores, al final lo asimilarán como algo negativo ... si los criamos incapaces de sentir ternura por una gato ¿cómo vamos a esperar que se tomen en serio el cambio climático, la extinción de las especies o el respeto por otras formas de vida? Piensen.
También correteó de lo lindo al pequeñuelo, tanto que cuando ella se fue, acabó exhausto.
Lo cierto es que según mi experiencia, cuando llegan niños a casa, hay que temer por los gatos y no por ellos. Salvo si nos encontramos ante una alergia severa, o simplemente alergia ya que no tenemos derecho a hacerles sufrir, los gatos no suponen un riesgo en sí mismo para los niños o bebés. Como digo siempre, los comportamientos se educan, se corrigen, se dirigen. Os dejo una foto de mi sobrina ... parece una nimiedad, pero me costó lo mío que aprendiera a acariciar a la gata sin jalarle de los bigotes, darle coscorrones o tirarle del rabo.
En general un contacto adecuado de animales y niños, hace que éstos últimos desarrollen cierta sensibilidad y empatía hacia el otro a la hora de vivir en sociedad. Valores como el respeto y la responsabilidad pueden surgir gracias a estas pequeñas criaturas, aunque por supuesto nuestra actitud será muy importante ... si decimos "caca" cada vez que se aproximen a un animal o simplemente manifestamos nuestros temores, al final lo asimilarán como algo negativo ... si los criamos incapaces de sentir ternura por una gato ¿cómo vamos a esperar que se tomen en serio el cambio climático, la extinción de las especies o el respeto por otras formas de vida? Piensen.
También correteó de lo lindo al pequeñuelo, tanto que cuando ella se fue, acabó exhausto.